DESPACIO PÚBLICO se basa en el reparto aleatorio de "propaganda emocional", utilizando las estrategias propias de la propaganda comercial con fines completamente opuestos. Nos interesa actuar en el contexto cotidiano de la gran ciudad, en ambientes urbanos públicos con alta intensidad de tráfico y uso esencialmente productivo, ligado al mundo del trabajo y el comercio, para enfatizar por contraste los fines de nuestra iniciativa.
Proponemos extender al ámbito público prácticas convencionalmente asociadas al ámbito privado. La interacción con el “otro desconocido” en el ámbito público, poniendo en cuestión los valores y las prácticas sociales y relacionales convencionales. Extender al ámbito público valores, prácticas y/o aspectos de la vida convencionalmente asociados al ámbito privado como son lo personal, lo emocional, lo íntimo...; recuperando el terreno cedido a lo funcional, lo productivo, lo laboral, lo profesional, lo comercial, lo lucrativo...
DESPACIO PÚBLICO es una iniciativa artística, social, participativa, sin ánimo de lucro. Pretende aportar una experiencia práctica desde el ámbito del arte social para la consecución de los fines señalados. No pretendemos competir con los distintos profesionales de la filosofía, la antropología, la sociología, la medicina, la psiquiatría, la psicología, el psicoanálisis, el asesoramiento personal, la astrología, las mancias, la videncia, la magia, etc. Nuestro máximo respeto por todos ellos.
La aleatoriedad inherente al reparto de "propaganda emocional" es el elemento fundamental y por lo tanto no existe ninguna relación, a priori, entre los mensajes repartidos y las personas que los reciben. Creemos no obstante en los vínculos sutiles que conectan todo. Repartimos mensajes suficientemente abiertos y neutros para que puedan ser utilizados con mucha libertad. No queremos influir ni positiva ni negativamente en el público. Simplemente aportamos una nueva forma de comunicación que venga a subsanar el paulatino empobrecimiento de entornos para el encuentro, el consejo, el apoyo y la comprensión. El público es finalmente el responsable de hacer el uso que quiera de nuestros mensajes.
La iniciativa se plantea también como una labor desinteresada de aportación a la comunidad. La elaboración de las octavillas se realiza mediante un sistema relativamente artesanal basado en impresión convencional y corte con cutter, que implica cierto tiempo y esfuerzo, proporcionales al número de octavillas elaborado. Los repartos se realizan también de forma personal sin recurrir a ningún tipo de servicio o contratación. El propio reparto se basa en una experiencia de downshifting, en la que la actitud de humildad, entrega y servicio al público es un elemento fundamental. Se plantea además en cierto sentido como una penitencia personal para redimir aspectos o conductas que las mismas frases apuntan.

Regularmente salimos a la calle a repartir propaganda emocional en distintos puntos de la ciudad. Si has recibido alguno de nuestros mensajes y te ha servido de algo o simplemente te interesa puedes participar en nuestra iniciativa. De esta forma el esfuerzo necesario para que, entre todos los mensajes repartidos, uno de ellos llegue a la persona oportuna en el momento oportuno, puede revertir a la comunidad en forma de nuevos repartos. Puedes encontrar en nuestra web el material que repartimos.
Si has recibido una octavilla y vas a deshacerte de ella, piensa primero que puede serle útil a otra persona. En último caso no la tires al suelo. Utiliza las papeleras. Recicla.

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